sábado, 20 de abril de 2019

Tarea

- De Viernes a Domingo (5 a 7 de abril): Empeoré, me sentía muy nerviosa y ansiosa. Tenía miedo de tener una enfermedad, un peligro de muerte inminente que no hacía más que darme vueltas en el estómago. Me pasé mil rollos. Mi TOC no eran más que imágenes rumiantes con escenarios desastrosos, últimamente no he recaído mucho en episodios compulsivos (Exceptuando el Lunes, que después detallaré.) No sé si hice mucho aparte de eso; Ah, acompañé a mi pololo a una tocata en donde se presentaría con su banda, fue una experiencia tranquila.

- Lunes (8 de Abril) : El Lunes me sentí terrible, mareada y muy ansiosa. Tenía miedo de un aneurisma o algo por el estilo, además de miedo a estar embarazada (Muy ilógico.) Camino a la universidad me maree bastante, recudiendo a mi pastilla SOS por la ocasión, como era de esperar me sedó bastante por lo que no fui del todo efectiva durante el horario de clases. Se me pasó todo camino a mi casa.

- Martes (9 de Abril) : Vomité mi café en la mañana, un gran desperdicio. Pelee con mi mamá por lo mismo, supongo debe estar aburrida le cuente de mis miedos. Desde entonces tengo unas ganas inmensas de llorar, pero simplemente no puedo.

- Miércoles (10 de Abril) : Me torcí el dedo del pie en extrañas circunstancias, por lo que fui al doctor en la mañana y sólo asistí a mi clase de la tarde. La pasé bien en general, aunque el malestar del pie era bastante jodido.

- Jueves a Domingo (11 a 14 de Abril) : Hice reposo por el tema del pie, (Mejoró notablemente en cuestión de un día) Por este punto el TOC no son más que molestas imágenes intrusivas, las cuales he aprendido a ignorar con algo de práctica. No podía caminar y no tenía plata para salir, así que no hice mucho.

- Lunes (15 de Abril) : Tramité el tema de la convalidación de ramos en la Universidad y me fue bastante bien. Tuve un pequeño momento existencial en cuanto mi carrera y mis habilidades pero se desvaneció al transcurrir el día, (Sólo llegue a la conclusión de que debo practicar más.)

domingo, 2 de diciembre de 2018

Casi un año

Puedo concluir en que  este 2018 ha sido el año más productivo de toda mi vida. Puede que sea una ilusión, que en realidad  me encuentre divagando una vez más y éste periodo de tiempo no sea más que una larga espera para volver a mi circulo vicioso, ¿Quién sabe? Ah, claro, yo lo sé.

Si se trata de una ilusión he de admitir, es bastante creíble, ¡Ha logrado que yo misma crea! Por mucho tiempo consideré que eso ya no recaía en mi persona.

Ha sido complejo, algo agotador, pero creo estar agarrándole el hilo poco a poco; repetir y mantenerme lo suficientemente ocupada haciendo cosas con tal de no tropezarme con mis carencias. Suena depresivo, ¡Andrea, no es tan así! ¡No todo es tan terrible! El mantenerme ocupada ha saciado mi búsqueda insaciable por crear, por representar y por vivir, ¡Me encanta! Siento que por fin el tiempo está de mi lado, y pareciera que por fin entendí que mi motivación no se trata de una bendición divina y predestinada, sino que recae en mi, ¡En mi! Si hubiera sabido de antes.

Así que grabo estas palabras para un futuro, ¡Es posible! Todo es posible en esta vida, no debería asustarme. Ya no lo hace, no más.

Creo que por fin he crecido un poco, ¡Qué felicidad!

Haz lo que amas, aprende de ello, nútrete y aprende a ver las cosas por lo que son, no por lo que quieres que sean; ese es el consejo que le dejaré a la futura Andrea.

Y a pesar de que todo ha marchado de maravilla, no puedo evitar sentirme ansiosa por el mañana, porque quizá no sea suficiente, porque quizá no soy demasiado.

¿Qué importa? Sólo debo cumplir las expectativas que yo tengo de mi misma, y si sigo por el camino que me he propuesto, sé que no estoy muy lejos de mi meta.

¡Paciencia, Andrea! Que en esta vida nunca dejas de aprender, y lo único que no puede arreglarse es la muerte. Cosa que no pienso hacer.



viernes, 11 de mayo de 2018

Vacío

Se me es difícil establecerme como una persona del todo madura, adulta y responsable. No tengo el ánimo de moverme y hacer, dentro de todo no veo una salida fácil y ha llegado a exasperarme.

Es extraño el reconocer cuando estoy deprimida, usualmente es alguien más diciéndomelo, reprochándome. Hoy ha sido distinto, por primera vez en mucho tiempo tenía la intención de hacer algo más, de valerme de aquello que amo y que creo algún día servirá al resto; Pero no pude ¡No pude! Dios que vergüenza, ¿Qué necesito para ser eficiente? ¿De verdad es solamente algo de cariño propio, de autoestima? Siento que realmente no lo puedo hacer bien, que la cagué de nuevo, y más importante que el resto...

Siento que el tiempo pasa y yo no progreso con él.

¡Qué rabia! Realmente lo intenté, dentro de lo posible lo intenté y aún no veo cambio, ¿Seré yo la impaciente? No lo sé, me abruma, realmente me gustaría tener un poco más de confianza.

¡Regalenme confianza!

Y entonces, cuando termino mis actividades las boto a la basura, porque no me convencen lo suficiente. "Tranquila Andrea, puedes empezar de nuevo" ¿Pero cuando? Han pasado años y muero por algo de resolución... Entonces tomo el lapiz, decidida a marcar un nuevo rumbo, y nada.

No puedo hacer nada, me tranco, cada día más inútil.

Entonces procedí a tirarme sobre la mesa, ¿Qué hago ahora? retumba en mi cabeza; y por muchas ideas que salgan, ninguna parece ser suficiente. Pongo música y me entumo, quizá debería escribir un poco de mi, de lo que siento...

He sido increíblemente feliz de no ser por mi desempeño, aquel que siempre logra deprimirme hasta la médula.

Pronto seré productiva, me lo prometo.

Pero por ahora, por ahora lloraré hasta descansar, hasta dar con el orden que ansío. Mañana será otro día.

martes, 6 de junio de 2017

Martes, 6 de Junio de 2017

Quetiapina, la nueva amiga del resto de mis dolores encapsulados; Esquizofrenia, bipolaridad, trastornos suicidas. Enfermedades que no poseo, más en las cuales me han encasillado durante los últimos diez años de mi vida... Porque siempre era la loca, la que iba al doctor no por un dolor de estómago, no por un resfriado común, no.

Sólo me sentía triste, extremadamente triste y nerviosa para una niña tan joven.

Pero no lo entenderían, incluso viniendo de la boca de la loca en sus momentos más vagos y poco coherentes. He vivido con miedo, mucho miedo desde que tengo memoria; Pero de médico en médico que voy, no importa que tanto les cuente no siento desahogarme en lo absoluto. Y es que no me sincero conmigo misma, por mucho que repita MI verdad consecuentemente.

Es un ciclo sin fin, ¿Conocen el Uroboros? Aquella serpiente que se devora a sí misma dando explicación a la paradoja del infinito y del esfuerzo eterno... el esfuerzo inútil.

Así se siente.

Me da miedo pensar que llegue un día en que me supere, que yo misma me supere, ¿Dónde debe recaer el miedo si no en nosotros mismos? Tengo el poder de quitarme la vida mañana por la mañana, de irme de la ciudad y desaparecer, de matar y de dar vida... Soy una especie de Dios quebrantado por las leyes del hombre que creó, ¿Qué mayor miedo que el de aquél que proviene de mi y no puedo controlar?

Sola, terriblemente sola.

Así me siento de cuando en cuando, una basura. Pero si leen esto y no sigo mis conversaciones con ustedes, no, no soy una persona tan banal para aquello... Sí soy tremendamente distraída, tímida y temerosa. Pero nada con mala intención.

No quiero hacerle daño a nadie, ni que nadie se haga daño.

Que carga tan grande para una vida propia del mal absoluto que hemos creado.

Cada nueva pastilla es un nuevo miedo, una nueva carga y una nueva enemiga.Necesito darme un respiro y contar, aunque sea por medio de una página de internet aquello que me desespera y que me atemoriza, y que espero alguien llegue a leer, alguien que no sea un psiquiatra ni un psicologo. Alguien que me diga, Andrea, te entiendo... con franqueza.

Y los enumeraré según los recuerdo.

1.- Nicolás, Colegio Inglés, 15 años; Salía de clases de Biología, aquella del cuarto piso con un profesor suplente eterno, que se notaba apenas había salido de práctica. Se acercó a denigrarme, a molestarme con que parecía hombre y de seguro era lesbiana mientras se reía apáticamente, procedió a tocar mis partes intimas, diciendo "Era para comprobar que eras mujer." Repitió lo dicho y hecho durante unas semanas, una vez me pegó una patada que me hizo tropezar en frente de todos y se rió. Acoso ocurrió más de una vez, una vez alguien lo presenció, y fue aquel que me ayudó a sacármelo de encima.

El día de la jornada del Bullyng fue lo más terrible para mi en ese entonces, me sorprendía ver como un agresor hablaba en contra de lo que hacía... En la salida tomé mi guitarra y le di un golpe con ella.

No quería herirlo, me daba vergüenza hablar, esperaba que alguien me dijera "¿Andrea, que pasa?". Y en su lugar sólo vinieron burlas y soledad.

¿Saben cuánto demoré en hablar?

Tres meses.

2.- Rector del Colegio, Colegio Inglés, 15 años; Lo recuerdo con nitidez y con demasiado peso entre mis hombros, había demorado mucho en hablar, en contarle a mis padres, Leía Les Miserables todos los días, pensando que era Fantine y que podía convertirme en un Jean Valjean. Lloraba, y gritaba, pesadillas y miedo... un miedo terrible.

Cuando le fui a hablar a Maldonado después de lo ocurrido, me observó, con detalle para luego reposar su vista en la de mi madre. "¿Es hija única?" Le preguntó, "Lo explica. Andrea eres demasiado sensible, los niños siempre tocan a las chiquillas y ellas se dejan, es un juego" "Demasiado sensible quizá para éste colegio" "Blah, blah..."

Arde en el infierno viejo reconchesumadre.

Me hizo pedirle perdón a mi agresor, porque yo era "demasiado sensible". En su colegio nada pasaba, el bullyng era irreal, mucho menos una trasgresión sexual... Sólo tenía fachada linda.

Firmé una carta pidiéndole perdón o me expulsarían.

Tenía miedo.

No cambió nada Maldonado, púdrase en su ineptitud viejo callampero... Me sirvió para conocer a Claudio, sólo por eso, me mantuve en pie.

Sé el adulto que necesitaste cuando niño.

3.- Tío Segundo, 17 años, Thompson 1970; Perdóneme por desobedecer, realmente no hubiese querido estar metida en ese mundo. Pero era curiosa y quería ayudar, quería ser tomada en cuenta.

Cuando lo ví ahogado en su propio vómito, morado, luchando con la vida mientras convulsionaba con la muerte, cagué ya no sé como expresarlo, cagué, ver eso me cagó la vida.

Tenía pesadillas con funerales, muertos e infartos.

Todos los días me compruebo la presión para ver si tendré uno, aunque nadie en mi familia ha muerto por algo cardiaco. Aún tengo pesadillas, flashes y mucho miedo.

Perdone por no poder hacer nada, no sé que más decir... Nadie quiere encontrar así a la muerte.


... Seguiré, el medicamento está haciendome efecto. No sé si algo pase o cambie.

Mama si lees esto, te quiero, te amo demasiado, siempre estaré para ti. Gracias por ser la luz que ilumina mi camino.



viernes, 26 de mayo de 2017

Clases con una Vieja Culiá - (2016, Taller de Literatura, Espectadora)





Ignorante la mina que evita el contacto visual con el populacho,
Al parecer los seis palos de su medicina cancerígena han hecho de ella una infección andante
La sexualidad te limita a una opinión sin fundamentos
En una Universidad privada la falta de coherencia abunda
Abunda como los puchos a medio fumar tirados.

¿Y cuál es el fundamento? 
El sexo proviene de la flor más salvaje, primigenia,
El salvajismo es por todos considerado un instinto animal
Un animal que acecha y rompe la clavícula de un ser indefenso
O un ser viniendo al mundo con el único propósito de ser cazado.

¿Han visto a los ciervos? Yo siempre los observo.
¿Cómo un ser tan calmo puede ser tan peligroso?
 Astas astilladas de carne enemiga
Pero la hembra... ¡Ah, la hembra! 
Volverá siempre a su lugar en el ciclo, aquél que sin observar, definimos.

Se mueven en manada, la historia del macho alfa es un mito.
Coordinación es igual a supervivencia, sobrevivir es la clave.
Pero hemos olvidado cómo caminar juntos sin empujarnos a las esquinas
Por eso prefiero observar a los ciervos
Los ciervos, aquellos que en mi mente viven y de ahí no escaparían.



domingo, 28 de agosto de 2016

Confesión

 Último Minuto.

Se me es inevitable pensar en el demonio que yo misma he creado con la pesadez de los años, sin importar que sea sólo una niña confundida que no sabe que rumbo llevar en un mundo tan insensible y áspero de la falsa realidad que se ha creado. Tengo asco y nauseas, mi mirada tirita con cualquier pensamiento oscuro y la entrepierna se llena de calambres frente a lo impensable.

Pero el final de nuestra materia es tan detestable, nacemos y luchamos por tanto para luego ser mostrados como si fuésemos un trofeo intacto dentro del ataúd, para que todos pasen y lamenten lo que nunca pasó, lo que nunca llegó a un acuerdo, lo que nunca se logró ni se dijo. Odio los funerales, no son dignos de la alegría del mero hecho de estar vivo; Cuando tenía doce vi un hombre fallecer de un infarto, un hombre que conocí y que me agradaba. ¡Qué imagen tan impropia de la inocencia que busco repartir! ¡Que imagen tan alejada de la ternura que espere sentir en conforte! Recuerdo como sus ojos blancos se retorcían ante un dolor que no esperaba entender, su piel se tornaba azul (La gente no cree ésto, ¡Pero si cambiamos de color al morir!) Su cuerpo convulsionaba involuntariamente mientras una niña veía a su tío morir.

Desde entonces le tengo tanto miedo a la muerte, le tengo miedo porque sé no sólo acabará conmigo, sino con todo el ego que he logrado construir durante éstos años, el ego que defendió esa impropia indiferencia de mi familia frente al momento. Vi al hombre muerto, tramité al hombre muerto y por último lo enterré sin querer decir una palabra, mientras su rostro convulsionante se repetía incontables veces en mi subconsciente, solo que su rostro no era el propio, era el de mi padre, de mi abuelo, de mi madre y el mío.

Y no hice más que callar durante dos años.

Mi historia no es diferente a la de ningún joven de la generación Y, fuimos mimados en momentos impropios e ignorados en los necesitados.

La Andrea era gorda como su padre, algún día moriría como él murió. Entonces el día llegó y me pregunto si es tan cierto. Tendrá diabetes, morirá de sobrepeso y le cortarán las manos, ¿Cómo podrá dibujar si eso pasa? Pobre de ella.

Crecí con un miedo impropio a lo desconocido, y lo Salcedo empezó a fluir más rápido que nunca, luego se lamentan que no es suficiente. ¿Será suficiente cuando me dé por vencida? ¿Cuándo encuentre mi vuelta a casa sin triunfo alguno? ¿Cuándo critique a alguien como me criticaron a mi? Creo entonces, ahí haré respeto a mi apellido y me apreciarán como yo lo espero.

Porque el bucle sin fin es ese, cariño de distintas formas que no siento de ninguna. Espero un abrazo en mis ataques de ansiedad, cuando mi colon se retuerce y de verdad puedo repetir las imágenes de la muerte en mi cabeza. No espero un "Ya se te pasará, tu eres así, loquita".

Reemplacé su afecto con Clonazepam, y para mi desgracia, es tan efectivo que encanta.

Somos adictos, todos. Yo soy adicta al amor que no recibo y que espero dar algún día; y que de tiempo en tiempo entrego escribiendo, hablando y riendo: Dibujando monos feos para que alguien recalque que sean feas y entonces yo ría.

Soy adicta a la felicidad, y si la pastilla recae en eso, entonces la amo.



sábado, 6 de agosto de 2016

Poema Malo Nº2

Pedazos de madera desgastada y astillada
Yacen en el suelo a pasos de un corazón que ya no late
Sin embargo mis ojos hinchados en cansancio le ignoran
De la misma forma en que el corazón muere.

El ser de apariencia imponente y poco ortodoxa visitaba mis músculos cada noche que podía
Mientras yo rezaba a dioses de metal y aluminio una salvación momentánea
Un poco de relajación me tienta con su acidez estomacal, la que acostumbré a llevar por dos años
Pero nada es lo mismo y al parecer el esófago no aguanta.

Vuelvo a mirar al mísero peluche blanquecino que reposa en mis pies
Lamento a veces el día que llegó a mi
Su jadeo incesante parece calmar mi alma y sus impulsos destructivos
¿Si él no me quiere, entonces quién sí? 

Lo observo mientras gasto tinta en hojas vírgenes que vírgenes siempre quedarán
Mientras el incesante jadeo no para de mirar la puerta de mi hogar
Maldigo a mi perro y los sentimientos que compartimos
Solo que yo no miro, puesto me cansé de llorar.

Y no espero al alma gemela, se equivocan si es así
Busco un escape de la agobiante rutina que la capital creo en mi ser
Un visitante de otros planetas que de igual forma busca un abrazo
o encontrar refugio en el resto de mí.

Pero no pasa nada, puesto que la vida no es ciencia ficción
O quizá si lo es, pero de forma aún más retorcida
Puesto que la siento y no la dibujo ni la intercalo
La siento al igual que hace nueve años atrás donde el monstruo perseguía mis sueños

Pero ya no son nueve años en el pasado, son nueve en el futuro ignorando las pérdidas
Y las ganancias han sido quizás demasiadas para un alma tan liviana
tan liviana que ansía volar
¿Pero cómo volar, si nadie dirige la parvada?

¿Seré yo? ¿Será Dios?
¿Será el perro o la figura indiscreta en el dindel de mi puerta?
Busco desesperadamente que algo cambie
que algo pase.